En otoño y primavera, los perros experimentan una muda de pelaje para adaptarse a los cambios de temperatura. Durante esta temporada, sueltan el pelo fino y lo reemplazan por un pelaje más grueso y denso, que les ayuda a protegerse del frío invierno.
Razas como el Pastor Alemán, Golden Retriever y Siberiano son las que más pelo sueltan durante la muda, mientras que otras razas como el Westy, Yorkshire, Maltés y Poodle apenas experimentan este proceso.
El cepillado es clave
Uno de los errores más comunes entre los dueños de perros es no cepillar a sus mascotas durante la muda. Se recomienda un cepillado diario para eliminar el pelo fino que se desprende, oxigenar la piel y fomentar el crecimiento de un pelaje nuevo, fuerte y preparado para el invierno. Es importante realizar el cepillado con suavidad, siguiendo la dirección del pelo, y evitar pensar que cepillar varias veces al día acelerará el proceso de muda.
Baños y Alimentación
Bañar al perro una vez al mes también puede ayudar a remover el pelo muerto, pero siempre antes y después de secarlo, es recomendable cepillarlo. Además, durante esta época, es crucial mantener una dieta adecuada. La muda de otoño suele durar hasta dos meses, pero si se extiende más o se vuelve excesiva, podría ser un signo de mala nutrición. Los alimentos ricos en proteínas y ácidos grasos Omega 3 y Omega 6 son esenciales para fortalecer el pelaje y asegurarse de que el pelo de invierno crezca saludable y brillante.
Si la muda se prolonga demasiado o se acompaña de síntomas como enrojecimiento de la piel, picazón o pérdida de apetito, es importante consultar a un veterinario para evaluar la situación.